

El Gobierno argentino se encuentra en negociaciones clave con Estados Unidos para evitar el impacto de un aumento arancelario que podría afectar significativamente a las exportaciones nacionales. El plazo límite es este miércoles, según lo definido por el expresidente estadounidense Donald Trump, quien ya adelantó que enviará cartas a sus socios comerciales con los términos definitivos de sus nuevas políticas de comercio exterior.
La administración de Javier Milei intenta acordar un trato diferencial para productos argentinos, en especial acero y aluminio, sectores que podrían enfrentar aranceles de entre 10% y 50% si no se concreta un acuerdo. Algunas fuentes incluso advierten que, en caso de fracaso, los aranceles podrían aumentar hasta el 70% a partir del 1º de agosto.
La ofensiva comercial de Trump no se limita a la Argentina. Países como Japón, Corea del Sur, la India y la Unión Europea también han acelerado gestiones similares para proteger sus exportaciones ante la inminente suba de aranceles.
En paralelo, la última cumbre del Mercosur resultó clave para la estrategia negociadora de la Argentina. En el encuentro, se incorporaron 50 nuevos productos a las excepciones del Arancel Externo Común (AEC), permitiendo una mayor flexibilidad para negociar acuerdos bilaterales por fuera del bloque.
La Argentina, que ya tenía 100 productos exceptuados, ahora eleva ese número a 150, buscando con ello una mayor libertad para establecer tasas aduaneras específicas con países no miembros del bloque regional, como Estados Unidos.