Tras una sesión clave en el Senado donde el oficialismo sufrió un duro revés, la vicepresidenta Victoria Villarruel salió al cruce del presidente Javier Milei, quien la había calificado de “traidora” por avalar iniciativas parlamentarias que el Ejecutivo había rechazado.

Villarruel fue decisiva en la aprobación de la continuidad de la moratoria previsional, desempató a favor de la iniciativa y también acompañó el rechazo unánime al veto presidencial sobre el fondo de emergencia para Bahía Blanca. “Un jubilado no puede esperar, y una discapacitada menos”, sostuvo en una frase que rápidamente se viralizó.

Lejos de esquivar el conflicto, la titular del Senado respondió al Presidente con dureza: “Mi función es defender la Constitución, no un capricho político”, declaró en entrevistas off the record que fueron reproducidas por medios nacionales.

Además, lanzó una crítica directa al estilo de conducción de Milei: “Cuando el Presidente decida comportarse adultamente, podré saber cuáles son sus políticas”, disparó, al tiempo que reveló que no tienen diálogo desde hace semanas. Incluso recordó que Milei se negó a saludarla en el tedeum del 25 de mayo, como muestra de la fractura.

La tensión, que comenzó como una serie de diferencias políticas, hoy se vive como una crisis interna abierta dentro del oficialismo. La frase final de Villarruel fue contundente: “Que ahorre en viajes y en la SIDE”. Con ello, la vicepresidenta cuestionó no solo las prioridades del Gobierno, sino también el uso de recursos en áreas sensibles.

El quiebre entre las principales figuras del Poder Ejecutivo Nacional ya no es una especulación: es una realidad con consecuencias legislativas y políticas concretas.